Coatepec frente a la pandemia

Jorge Luna

Coatepec es uno de los pueblos mágicos de Veracruz, enclavado en la región central del Estado. Históricamente, Coatepec se ha caracterizado por ser un pueblo apacible y pintoresco, en el que actualmente residen cerca de 100,000 habitantes a lo largo y ancho de sus 166 localidades. Su extensión territorial colinda con Xalapa, Tlalnehuayocan, Perote, Acajete, Xico, Teocelo y Emiliano Zapata. Por su ubicación geográfica, Coatepec es paso obligado de una buena cantidad de habitantes de municipios vecinos que se trasladan a diario a la capital del Estado. Se estima que a diario circulan cerca de 38,000 vehículos por la arteria que conecta a estos dos municipios.

Debido a su altitud y su prodigioso clima, en Coatepec se produce el más exquisito café de altura del Estado y, probablemente, de todo México, habiendo ganado en varias ocasiones el certamen nacional Taza de Excelencia. Su arquitectura colonial invita a recorrer cuadra a cuadra su centro histórico mientras se disfruta de delicioso mantecado.

La actividad económica del municipio se circunscribe a la producción agrícola (café, caña, naranja) que tuvo su auge hace un par de décadas y, recientemente, ha cobrado relevancia el sector de servicios, especialmente debido al turismo que año tras año ha incrementando considerablemente.

Es pues, Coatepec, un municipio donde hasta hace unos años no solía haber conflictos mayores a los de cualquier pueblo, aunque recientemente la ola de violencia ha alcanzado a este bello pueblo mágico.

Sin embargo, ante el estado de pandemia que impera en el globo terráqueo, los estragos del coronavirus se han dejado sentir en su población y muy lejos se vislumbran ya los días en que su parque lucía repleto de gente y en sus alrededores podía escucharse con claridad el vibrante sonido de las cuerdas al compás de un danzón.

El 14 de abril, luego de varios días de alerta por casos sospechosos, se confirmó el primer caso de coronavirus en el municipio y desde ese momento, Coatepec no ha vuelto a ser el mismo. En el seno del Cabildo se tomó la decisión de clausurar espacios públicos como parques y campos deportivos, cerrar los comercios que no fueran imprescindibles y en general, ejecutar todas las medidas dictadas por el Gobierno Federal.

Pese a estas medidas, a este primer contagio le siguieron otros más e inevitablemente algunos de ellos culminaron en el fallecimiento de nuestros coterráneos. Al día de hoy se contabilizan 37 casos confirmados y 9 defunciones a causa de este detestable virus.

Tomando como referencia las declaraciones del Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell y de la propia Organización Mundial de la Salud, es altamente probable que existan más casos que no han sido detectados o incluso que algunos de ellos sean asintomáticos. Solo de esa forma podría explicarse la relación entre el número de contagios confirmados y el número fallecimientos.

De no ser así, estaríamos frente a una tasa alarmante de letalidad de la COVID-19 en el municipio, pues de acuerdo a los indicadores, al existir 37 contagios y a su vez, 9 fallecimientos; concluiríamos que la probabilidad de fallecer ante un eventual contagio sería de 24.3%, es decir, casi una de cada cuatro personas contagiadas.

En este contexto, no es difícil deducir que existe una alta probabilidad de que el número de personas contagiadas sea mayor que el detectado hasta ahora por las autoridades sanitarias. Esta variación puede tener múltiples causas como no acudir al médico ante algunos de los síntomas del coronavirus o no presentar cuadros graves derivados de la enfermedad.

Cualquiera que sea la razón, lo cierto es que el riesgo de contagio está latente, como también lo está el padecer síntomas de gravedad, sobre todo en adultos mayores, personas con diabetes, hipertensión, obesidad o personas con algún tipo de afectación en su sistema inmunológico. Por lo que lo más prudente actualmente sigue siendo acatar las disposiciones oficiales de la Secretaría de Salud; quedarse en casa si es posible y en caso contrario, usar cubrebocas, gel antibacterial y mantener la sana distancia con los demás.

Aunque muchos quisiéramos regresar a nuestras actividades en completa normalidad, la realidad nos obliga a continuar cuidando de nosotros y de los demás. La salud y la vida propia y de nuestros seres queridos están en la parte más alta de nuestras prioridades.

No falta mucho para dar inicio a la nueva normalidad con que habremos de regresar gradualmente a nuestras actividades y a recuperar nuestras vidas, de manera escalonada, progresiva y acatando todas las medidas. No perdamos la fe ni la esperanza, pues como reza el dicho popular “no hay mal que dure cien años”. Los coatepecanos hemos resistido de todo hasta el día de hoy y unidos saldremos adelante.

Jorge Ignacio Luna Hernández

Licenciado en Derecho

Regidor Tercero de Coatepec

Maestrante en Administración Pública.

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